A
Gustavo Parada Aguirre, poeta chileno
Al poeta la distancia le
ha quebrado la voz. Justo cuando estaba de pie y miraba desde allí su tierra de
luces y desaparecidos.
Demasiado extranjero,
conoce el país de la soledad y está expuesto a los dientes de una Córdoba que
lastima, que llora cuando el cielo se parece al fondo de los ceniceros.
El poeta advirtió cómo
se le escapaba la firmeza, cómo las palabras salían desesperadas del papel en
busca de identidad. Y lloró el olor de Santiago, las madrugadas y la esperanza
un poco viva, un poco muerta que devuelve el mar.
Quién sabe si en verdad
los poemas, para cerrarse, no deben quedar a la mitad, como vencidos pero
alertas. Quizá el final de un texto no llegue con el punto definitivo, sino
cuando algo irrumpe en la garganta. Y uno debe dejarlo así, al poema y a la
pena, desnudos en la oscuridad anárquica porque se ha cortado la luz.
Entonces el hombre,
acodado a la barra del bar, está también asomado en el umbral de los vacíos, en
el umbral de algún amor remoto o en brazos de su madre cuando ella aún ignoraba
que el muchacho saldría poeta. Que iba a ponerse de pie por los que no pudieron
para nombrarlos ante una bandada silenciosa.
Dice que no puede seguir
la lectura. Que algo dentro suyo ha erosionado su voz. No sabe él, nadie lo
comprende todavía, que a los poemas a veces hay que dejarlos, no forzarlos,
porque al final siempre son los otros, los extraños que nos rodean, quienes lo
completan.
Una noche de estas
empuñará su libro. Verá la quietud cómplice de las palabras y detrás de ellas,
el mar a punto de decir algo.
Y verá su tierra, Chile,
ya no tan lejos. Y terminará el poema.
José Santiago tiene 27
años y nació en Córdoba Capital en horas de la siesta. Estudió periodismo
deportivo y algunos años de periodismo y comunicación social. Realizó talleres
de teatro y narración oral. Actualmente trabaja como redactor en el diario Día
a Día de esta ciudad. Toma talleres de escritura creativa con la poeta Susana
Cabuchi. Su mail: piposalguero@hotmail.com
"que a los poemas a veces hay que dejarlos, no forzarlos, porque al final siempre son los otros, los extraños que nos rodean, quienes lo completan.
ResponderEliminarUna noche de estas empuñará su libro. Verá la quietud cómplice de las palabras y detrás de ellas, el mar a punto de decir algo.
Y verá su tierra, Chile, ya no tan lejos. Y terminará el poema." Excelente Pipo!!
El poeta mira al poeta que se quiebra al leer el poema y con infinita delicadeza le escribe. El poema del poeta, el poeta emocionado, las palabras del otro poeta y ese otro poeta...¡Cuanta verdad y belleza juntas¡ ¡Cuanta vida latiendo¡. Jorge L. Carranza
ResponderEliminarEs bellísimo este texto. Felicitaciones al poeta
ResponderEliminarAndrea Casas
Es un lujo leer y escuchar tus textos cada vez que es posible . Felicitaciones!!
ResponderEliminarLily Chavez