Me convocaron a leer un poema diciendo:
“está Jorge Ledesma con nosotros”.
Se hizo un silencio expectante.Llamaban a Jorge Ledesma,
que en realidad era yo;que a todas luces
no soy Jorge Ledesma.
Ahisito nomás
por un instante
fuimos con Jorge Ledesma
heterónimos el uno del otro;
nubes que se cruzan en el cielo
para después alejarse.
Fue la maravilla de diluirse,
de ser otro, por un ratito.
De ver la ropa del yo
oreándose en la soga.
A veces pesa tenerse a uno mismo
todo el santo día;
a veces cansa.
Adiós Jorge Ledesma.
Fue un gustazo.
Sigamos andando
como se puede,
con lo que se tiene.
Pero… ¿existe Jorge Ledesma?
¿Existo yo?
Si es así,
¿odiará cordialmente
también al despertador?
¿le dolerán las rodillas
como a mí los días de humedad?
Qué buen poema. A quienes integramos la bandada nos brota una sonrisa, sabemos de lo que hablás pero quien no lo sabe, se sentirá también plenamente identificado porque tu final es genial y para todos. Felicitaciones
ResponderEliminarLily Chavez
Admiro a los poetas que pueden decir con certeza y pulcritud.
ResponderEliminarAdela Fioranti
Los poetas de este blog tienen un no se qué....
ResponderEliminarFelicitaciones por el poema, hermoso
Analía Navarro
Rosario
Estimado poeta, qué felicidad leerlo. Lo simple y lo grande juntos, para decir un poema del que no se pude escapar sin sentir. Un abrazo. marta comelli
ResponderEliminarPor momentos me descuido y no entro pero este blog me encanta, hay poetas con mucho talento y este es la muestra. No sé mucho de poesía pero lentamente me voy acostumbrado porque tengo muy buenas poetas amigas. Coincido con Marta, lo simple y lo grande junto.
ResponderEliminarAndrea Casas
Me encantó, Jorge!
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